11 may 2012

Para qué

Si sabemos escuchar, si observamos con detenimiento, si estamos dispuestos a aprender, re-aprender, des-aprender... y queremos hacer de este mundo un mejor lugar, podemos observar a la naturaleza y reflejarnos en su integridad, en su sabiduría, en su plenitud y en su equilibrio-desequilibrio.

De ahí que nazca Management Natural; como un medio, una forma y un lugar, desde el que podamos transmitir, compartir y multiplicar parte de esas enseñanzas, observaciones y analogías.  Partimos de la convicción de que esos aprendizajes pueden darnos una vida plena y armónica: en nuestras familias, comunidades y empresas; en total simbiosis y comunión con (y en) nosotros mismos y en (con) nuestro planeta.

¿Quiénes somos?
Somos un par de grandes amigos, que han decidido compartir la vida juntos y hacer una familia.  Maru, una gran persona, con una enorme sensibilidad y talento para llevar grupos, trabajar en equipo, motivar, liderar, convencer, transmitir y crear.  Othón, creativo, inquieto, curioso, observador, líder con sentido social y humano.

Así como decidimos hacer familia, ahora hemos decidido reunir talentos, experiencias e inquietudes y compartirlo a través de Management Natural.

Maru, con estudios en Educación, especializada en capacitación y con Master en RH.  Othón, Actuario casi por inercia, estudios en Alta Dirección, gusta de trabajar con y para la gente; aficionado a los bonsai desde hace algunos años.

¿Para qué Management Natural?
Estamos convencidos de que necesitamos cambiar la perspectiva y forma de ver la vida, desde la familia y la empresa, buscando un punto más armónico, equilibrado y natural.  Para el mundo que viene y nos toca, los paradigmas actuales, en muchos casos no caben, no son sostenibles, no construyen un futuro, sólo mantienen un status quo, temporalmente.

Todo está ahí, en la naturaleza, si lo vemos con los ojos de adentro.  Está en la forma en la que la naturaleza administra la energía, motiva el desarrollo, encuentra los medios, los recursos y los canaliza para generar y producir aquello que necesita para seguir su crecimiento y dar vida.  Sólo hay que observarlo, reflexionarlo y hacerlo parte de nosotros.

En la naturaleza un árbol no toma más de lo que requiere.  Ha desarrollado su estructura, altura, hojas, raíces, según el medio, ... se adapta.  Ha aprendido a vivir y sobrevivir en situaciones extremas y para ello, administra recursos.  En esa administración, crece, da frutos, encuentra formas de reproducirse.  Su ingeniería, su arquitectura, su diseño, son  en sí mismos una obra maestra y nos enseñan cómo la vida se hace camino.

¿Y qué hay que aprender de eso?  ¿Cómo un árbol nos va a enseñar a manejar empresas, a liderar equipos, a educar hijos, a hacer comunidad? A partir de nuestras propias historias, experiencias, aprendizajes y observando cómo un árbol, en su complejidad, y en diferentes medios logra su desarrollo, hay infinidad de lecciones y aprendizajes naturales para la vida diaria.

¿Cómo hace un árbol para crecer a casi 4,500 metros de altura snm, con poco oxígeno, con temperaturas sumamente extremas, poca agua? ¿Cómo lo logra emergiendo del mar, evitando la salinidad, con alta humedad del ambiente y expuesto a vientos y mareas? ¿Por qué las hojas de los pinos son como agujas y las de zonas selváticas son anchas? ¿Por qué forman niveles con sus ramas haciendo un triángulo? ¿Cómo se organizan sus ramas para obtener recursos? ¿De qué manera crece el follaje? ¿Qué pasa con una rama que deja de producir? ¿Qué pasa con sus raíces?

Y..., ¿qué tiene todo eso que ver con nosotros, con nuestras familias, con nuestro trabajo, con nuestra comunidad? ¿Qué es lo que podemos aprender de ello?

Para eso nace Management Natural, para compartir esas observaciones y analogías ricas en sabiduría y conocimiento; lecciones que están ahí, en el jardín de nuestra casa, en el parque de la esquina, a lo largo de la carretera.  Tiene la mejor intención de que esto haga que veamos el mundo en su plenitud y armonía, nos entendamos en él y nos conectemos con él.   Muchas veces menos es más, y este mundo necesita replantearse -energética, económica y ecológicamente- su destino, en comunidad, y desde un liderazgo íntimo, personal, sostenible, simbiótico y sistémico.

Somos parte del todo, y si aprendemos de él, entenderemos que no somos ni la especie más fuerte, ni la más inteligente, ni la más sabia... Tampoco la más débil, la menos capaz, o la más inmadura; nuestra fuerza, inteligencia y sabiduría reside en la comprensión de ese todo; y nuestra sobrevivencia, del cómo nos hagamos parte de él.


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